Volé a otro lugar y caminé levantando la vista para observar otras distancias más allá de uno mismo, encontré otras formas de mutar, diferentes espacios de pensamiento donde aprendí a escuchar otros diálogos y ajenos sonidos. Sosteniendo la brújula de nuevos colores y olores miré un horizonte que asustaba, no buscaba un norte, sólo empezaba a encontrarme.
Casi como un juego se destapó ese encuentro y sin darme cuenta el agujero me engulló, llevándome a un lugar de mi mismo que no conocía. En estas primeras conversaciones, tropecé con un poco de valentía, me estremecí, pero empezaba a gustarme esa orilla de mi que apenas conocía. De repente ese hueco empezó a oler bien, aunque atufaba a miedo, pero cada paso, cada mirada, cada lágrima me abría nuevos orificios, entradas que destapaban diferentes imaginarios donde desarrollar la flamante orografía de mi. Surgieron espacios revitalizados de pensamiento con los que no contaba y dibujé las extensiones que media la anchura y amplitud del universo que empezaba a vivir.
Me adherí a esa superficie intentando mantenerme sobre esa capa fina que yo creía valiente y encontré con facilidad resortes que son ese paisaje ondulante como el mar, me lleno de imágenes y una sucesión de ingredientes que me hacían deslizarme por un tobogán de sensaciones que construían la intimidad entre mi soledad y la euforia más voluptuosa.
Tardé tiempo en adaptarme porque no sabía perderme en lo solitario, no tenía capacidad de hablar, sólo podía caminar para superar el diálogo de escuchar sin entender, las conversaciones quedaban esparcidas por los suelos, una y otra vez me esforcé para canalizar y descubrir más cosas de mi.
Todo este proceso me fue enseñando las distintas perspectivas de mis proximidades, la variedad de procesos y elementos con los que tejer este camino de confianza que se había perdido en subtramas que nunca señalaron hacia donde quería ir.
Esta memoria es una búsqueda personal influenciada por las tentativas y hallazgos que fueron surgiendo a través de la mirada, experiencias mediante las cuales puedo pensar y ver la rareza que supone alojarse en mis visiones, aveces tejidas en el viento, otras fusionadas con el mar, buscando las distintas ideas que me ayuden a asociar mis momentos y presencias en ese paisaje, un lugar que al final me atrevo a identificar como un encuentro donde recojo materiales, miradas, percepciones que quiero mostrar en otros contextos que sobreponen las palabras y mis pensamiento.
Como fuente de trabajo camino por lugares observando sus horizontes (paisajes) sus gestos, cultura donde invento la disolución de una frontera que nos haga iguales. Encontré ese momento que me correspondió vivir, me inundó de ideas de imágenes para pensar sobre la memoria, el tiempo, el mar, la sal, los viajes, la religión, la tierra………………….I’m
