Este sábado 12 de enero, a las 13 horas, se inaugura en la galería leonesa Ármaga la exposición “Cancamusa”, con fotografías de José Ramón Vega en gran formato, tomadas en distintos países del mundo y vinculadas al hermoso libro homónimo que acaba de publicar con el sello Eolas Ediciones y en el cual también figuran textos del poeta Víctor M. Díez.
Por ELOÍSA OTERO
“Las fotos de la exposición son muy pictóricas. Prácticamente todas figuran en el libro”, explica José Ramón Vega. “En la exposición irán a gran tamaño, y el resultado me ha sorprendido por más que conozca de memoria las imágenes. El paso al papel y a ese formato realza ese aspecto plástico de las imágenes. Son fotos todas ellas muy fugaces, como lo son todas las fotos: atrapar un momento, una luz, una onda en el agua…”.
En total se podrán contemplar 13 ó 14 fotografías, la mayoría en color. “Color, mucho color”, resalta Vega, que lleva muchos años cultivando el retrato en blanco y negro con especial predilección, como se puede apreciar en su primer libro de autor, “La mirada cercana” (EolasFoto, 2015). En las imágenes que ahora muestra, sin embargo, no hay retratos, sino “escenas improvisadas” tomadas durante sus viajes por entornos cercanos y lejanos.
Una de ellas será, cómo no, la foto que figura en la portada del libro, “Selva negra” (2014). Según comenta Vega, la elección de esa imagen para la portada “costó varias tandas de deliberaciones. Hubo votaciones, como en Eurovisión. No fue fácil, pues pasé a mi círculo de asesores (Víctor M. Díez, Miguel Riera, Koré Escobar, Héctor Escobar y Camino Brasa) unas cuantas imágenes para que decidiésemos, y no había consenso. Al final decidimos entre Víctor y yo. Creo que la foto representa muy bien lo que dentro contiene el libro: el juego, la cancamusa, lo escondido, lo fugaz”.
También colgará estos días en las paredes de Ármaga la foto titulada “Tempus fugit”, con la que Vegaganó en 2016 el II Concurso de Fotografía del Museo de León, tomada en el parisino Musée d’Orsay en 2013 y que, “con perfecto dominio de una técnica clásica en blanco y negro y a contraluz, remite a la idea de que el paisaje de los museos se esconde en el reverso del tiempo, un lugar por donde transitamos entre deslumbrados y atónitos”, en palabras del jurado.
Como anotó Víctor M. Díez en una entrevista reciente, Vega, como fotógrafo, “tiene algo que tiene que ver con el clasicismo en el buen sentido. Me encanta su lirismo geométrico: como consigue combinar una solidez equilibrada en la composición que tiende a la simetría, pero que se difumina con los puntos de fuga temblorosos, curvados, que le otorgan una poética, no sé, como americana. El camino, lo inesperado (un sofá abandonado, una portería sola, el color de una silla perdida), los ambientes brumosos, los personajes. Me gusta mucho, en general, su contención, ese menos es más. Hay una musicalidad en penumbra, una búsqueda a lo Tom Waits. Y después está esa pregunta, dónde se ha puesto el jodido para ver sin ser visto”.
El libro “Cancamusa”, que se presentó en el MUSAC (León) el pasado 14 de diciembre de 2018, se presentará próximamente en otras capitales, como Gijón, Valladolid, Madrid…
José Ramón Vega también tiene en proyecto mover a otras ciudades la exposición que se podrá contemplar en la galería Ármaga hasta el próximo 6 de febrero de 2019.
“Lo salvaje engulle lo escrito en las cuadrículas. Hay una geometría intraducible de lo natural que se ríe de nuestros balbuceos. La memoria es la otra. Quizás lo humano no sea más que una nemotecnia del tiempo. Una forma en que el planeta tendrá noción de lo dañino de nuestra especie; siendo que no supusimos nada más en su rodar que un arañazo, que una caricia o un leve soplo de espray lleno de mal gusto, en un claro de bosque. No le pongan baldosas al campo”.
© Texto de Víctor M. Díez incluido en el libro “Cancamusa” (Eolas Ed. León, 2018), y que figura junto a la imagen titulada “Un trozo de suelo”.
JOSÉ RAMÓN VEGA
Fotógrafo. León, 1962Su primer viaje a París, a los 18 años, cambió su vida. Allí se topó con los grandes de la fotografía en los puestos de postales y souvenirs (Kertesz, Doisneau, Brassaï, Boubat…) y descubrió que un fotógrafo podía ser un poeta de lo cotidiano. Inició entonces su formación autodidacta, disparando con la analógica y trabajando en el cuarto oscuro. Siempre ha cultivado el retrato en blanco y negro con especial predilección, como muestra su libro “La mirada cercana” (EolasFoto, 2015). Sus fotos tienen alma, cuentan historias, exhalan emoción y desprenden magia.
Enlaces relacionados:
- “Cancamusa” o el arte de ver sin ser visto / José Ramón Vega y Víctor M. Díez, entrevista en TAM TAM PRESS.
- Sección CANCAMUSA en Tam Tam Press
- “Cuarto oscuro”, una sección de José Ramón Vega en TAM TAM PRESS por la que desfilan sus fotógrafos favoritos.
- Página web de José Ramón Vega: www.jrvega.es