AULLIDO DEL PÁJARO:
“Me confió un acebo, sin espacio ya para prosperar en aquel rinconcito de su terraza. Lo planté en la parte de atrás de la casa, aún patio yermo, cuajado de piedras, donde esos frutos rojos deslumbraban como gemas, anuncios de un futuro feraz. El único temporal de este invierno, la copiosa nevada, ese viento colérico que viene de Aralla, lo partió en dos. Así caminamos hoy, mi querido Miguel, con tus flores imposibles, cuajadas de espinas, bellas y necesarias en la solapa, deshilachados, quebrados los corazones, desamparados, con el obligado y triste oficio de sobrevivirte”. (A Miguel Escanciano. In Memoriam)
JUAN CARLOS PAJARES
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- → (haz un click:) Marga Carnero: “Miguel era un entusiasta de la vida y un artista exquisito”, por Joaquín Revuelta
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