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Desafiando la gravedad

Amancio González con una de las piezas de esta exposición ("Hombre con caballo"). Fotografía: Marcelino Cuevas.
Amancio González con una de las piezas de esta exposición (“Hombre con caballo”). Fotografía: Marcelino Cuevas.

Amancio González expone sus esculturas en Ármaga.

Por MARCELINO CUEVAS
Publicado en Diario de León (2-4-2016)

Amancio González llega a la galería Ármaga fuerte, poderoso, enfrentándose al metal como nunca lo había hecho antes. Comenzó su carrera de escultor cincelando la madera, acariciándola delicadamente para después escarbar en ella hasta sacarle todos sus misterios. Así nacieron sus primeros hombres en tensión, esos misteriosos prometeos que luchaban y continúan en su eterna pelea, por mantener equilibrios imposibles.

Amancio tuvo claro desde el principio que su escultura debía mantenerse dentro de la figuración, con un peculiar expresionismo. Y fue transitando por el mundo de la piedra, del bronce, del hierro… ha tratado de bucear en todas las posibilidades plásticas, pero siempre dejando claro cuál es su estilo y quiénes deben ser sus personajes. Al gran escultor leonés le gusta trabajar en grandes formatos, crear sus obras para que figuren en lugares abiertos, para que se acerquen al gran público. Pero también es capaz de realizar trabajos en formatos más asequibles, esculturas que pueden tener predestinado un lugar en cualquier hogar. Así, en esta exposición que ha titulado Metal, nos encontramos con que sus personajes han perdido tamaño, pero no se han dejado en el camino nada de su fuerza, de la impronta que autor pone en todas sus creaciones. Quizá lo más nuevo de la muestra sean algunas esculturas en las que el autor incorpora diversos objetos decorativos que ha rescatado y que emplea de forma original a sus obras. Así nos encontramos con un blanco caballo de cerámica al que Amancio ha incorporado un jinete. O un espectacular avión que uno de esos poderosos titanes de Amancio arrastra con enorme esfuerzo.

Y los dibujos, esos limpios dibujos en los que la línea es la única protagonista. Complicadas manos que se retuercen en el espacio y, cómo no, sus amados hombres que también en los dibujos luchan a brazo partido con la gravedad, con la realidad, tratando siempre de vencer a la inexorable circunstancia que los rodea. La mayoría de estos dibujos han servido de ilustraciones al libro de poesía de Jorge Pascual titulado Caminan las nubes descalzas.

«En esta exposición –explica el artista- estamos explorando las posibilidades expresivas del hierro y el bronce. En estas obras me ha interesado contar con distintos elementos geométricos para demostrar que según sea el entorno en los que se mantienen mis personajes puedan demostrar ser diferentes. También en esta ocasión hay una serie de trabajos que están formados por una gran cantidad de pequeñas piezas de hierro, unidas con innumerables soldaduras, hasta conseguir distintas figuras. Es una fórmula que ya había empleado en grandes formatos y que me proporciona una gran libertad a la hora de crea y que me permite desarrollar grandes volúmenes con muy pocos puntos de apoyo».

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