Por ELOÍSA OTERO
Pintura a la manera clásica, con polvo mineral, molido fino… Pintura natural. En cada cuadro un horizonte de pigmentos evolucionando lentamente en el espacio-tiempo. Cada una de las telas en las que Juan Rafael ha estado trabajando durante 2016 se ha convertido en un bosque en el que adentrarse de forma pensativa y sensible. Un bosque mineral que remite a mundos vegetales densos en su frondosidad llena de vida, sugerentes en sus inexplorados territorios de luminosidad y umbría. En cada bosque, oscuro en sí, hay una luz, un pensamiento, una emoción remota, un lugar fronterizo más allá de la mirada, entre el cuerpo y el sexto sentido. Construcción y germinación.
“Juan Rafael sigue pintando por las vías del expresionismo y la abstracción más pura, jugando con los pigmentos y las texturas, con el gesto y la espátula, con los hilos y hojas con que ha empezado a entretejer nuevos registros bajo el lienzo (utilizando técnicas del grabado), explorando las sugerencias plásticas de un mundo vegetal y primigenio en busca de un horizonte sensitivo, entre la imaginación y la seductora piel del lienzo. “…también son polvo los pigmentos vegetales, esos que evolucionan con el tiempo (y el color de la obra varía, o se pierde, porque tiene una evolución biológica). La evolución de los pigmentos minerales, en cambio, es muchísimo más lenta… Por eso no utilizo pigmentos vegetales, porque se deterioran más rápidamente con la luz y con el tiempo…”.
Cuando en 2015 empezó a trabajar en las primeras obras de la serie “Bosques”, el crítico Luis García Martínez, director del departamento de Arte del ILC, apuntó lo siguiente: “Son obras que toman el elemento natural como punto de referencia o partida, se podrían considerar como conceptualizaciones o construcciones mentales de un espacio genérico denominado ‘bosque’. El bosque se convierte curiosamente en el escenario de una realidad interior que el artista proyecta sobre la lona, en su estudio de la ciudad, sin luz natural. El procedimiento es lento pero calculado; los preparativos, las estructuras lineales de cuerdas preparadas para conseguir el efecto necesario en el sistema de frotagge que aplica a la superficie, permite la creación de un hilo conductor y una estructura interior en la serie. El perfecto control de la manufactura y procedimientos técnicos, hace que en sus obras se observe una cierta presencia latente, leve y sutil de un cierto informalismo. Piezas contundentes pictóricamente, de una gran expresividad y fuerza interior”.¿Bosques? “Aquí no hay figuración, es una figuración de mentiras. En realidad son cuadros abstractos”, afirma Juan Rafael. ¿Y que es la abstracción sino la capacidad de crear, abrir, acceder, condensar, mostrar… una/otra dimensión esencial del pensamiento y la emoción?
Sobre Juan Rafael
Nacido en León (1968), estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y forma parte de la generación de artistas que eclosionó en León a principios de los 90, emergentes gracias a la labor de la galería Tráfico de Arte, gestionada por Carlos de la Varga, y de críticos como Javier Hernando Carrasco o José Gómez Isla. Así, participó en exposiciones tan representativas como “León punto y aparte. La nueva escena artística” (Sala Provincia, 1995), “Las nuevas vías de la abstracción” (Sala Provincia, 1997) o la “Bienal de Maia. Arte jovem” (Maia, Oporto, 1997).
Sin abandonar nunca la pintura —desde 1993 ha colgado sus obras en distintas muestras individuales y colectivas—, Juan Rafael se gana la vida trabajando como freelance en diferentes terrenos vinculados a la imagen (diseño gráfico, fotografía, cartelismo, muralismo, decoración, escenografía, acabados pictóricos o escaparatismo). En ocasiones firma como Rafa Murciego algunos de esos trabajos que no tienen que ver directamente con la pintura.
Entre sus grandes exposiciones individuales destacan: “Huellas de escritura” (Sala Lucio Muñoz. Delegación territorial de la Junta de Castilla y León. León, 1997), “Pinturas” (La Fábrica-Arte Contemporáneo. Abarca de Campos, Palencia, 1998), “Pinturas” (Galería La Casa del Siglo XV. Segovia, 1999) o “Naturaleza plástica” (Sala El Albéitar. Universidad de León, 2007).